domingo, 26 de junio de 2022

Por qué no estoy de acuerdo con la subida de tasas de interés en México

El pasado 23 de junio de 2022, Banxico subió en 75 puntos base las tasas de interés en México, quedando en 7.75%.

El alza obedece a que cuando hay inflación, los bancos centrales suelen subir las tasas de interés, esto ocurre entre otras cosas, porque si la inflación es del 8% y prestas dinero con una tasa anual inferior a la inflación (ejemplo 7%), estarías perdiendo, aunque te paguen. Por lo que es una medida de protección al sector financiero.


Y es cierto, ¿Quién va a querer prestar por debajo de la inflación?
Lo hacemos los ahorradores. Cuando guardamos el dinero en un banco y este nos da una tasa menor a la inflación, estamos pagando un precio muy alto por guardarlo. Mientras el banco cobra una tasa alta por prestarlo.

Y entonces ¿por qué hay países con tasas de interés negativas?
Según un artículo de Haksar y Kopp, tras la crisis financiera de 2008, algunos bancos centrales comenzaron a cobrarle a los bancos por guardar su excedente de efectivo. Las tasas de interés negativas, incentivan a los consumidores y empresas a gastar o invertir el dinero en lugar de dejarlo en una cuenta bancaria. Esta medida fue tomada para acelerar las economías y funcionó. Suiza obtuvo su segundo mejor rebote del PIB de su historia en 2009 (5.4%), sólo por debajo del 2021 (6.1%)

¿Aumentar las tasas de interés, baja la inflación?
Sí y sólo sí, la inflación es causada por un exceso de dinero en circulación. Aumentar las tasas de interés encarece el crédito, lo que a su vez reduce la solicitud de créditos de las personas, empresas y gobiernos. Lo que deja de inyectar dinero en la economía. Al reducir la cantidad de dinero en circulación, reduce el consumo y esto "bajaría los precios", por falta de compradores. 

Entonces ¿Siempre que aumente la inflación deben aumentar las tasas?
No siempre. Cuando la inflación no es debido al exceso de efectivo en circulación, no deben aumentar las tasas de interés, porque se puede provocar una freno en la economía.

Cuando la inflación es debida a factores como la falta de insumos, una pandemia o una guerra, menos inyección de dinero en la economía, forzará la reducción del consumo, pero también de la producción. Algo que en un país como México, que viene saliendo de una pandemia no es lo mejor.

¿Cuánto dinero en circulación necesita México para que la economía crezca al ritmo necesario?
No tengo el dato, pero al cierre de 2021, Banxico reportó una circulación de 2 billones 440 mil 781 millones de pesos en la economía mexicana. Y el tamaño de la economía en México era de 17 billones 847 mil 899 millones de pesos según INEGI. 
Por lo que al cierre del 2021 en México circulaba en efectivo un 11% del PIB. No se aprecia un exceso de dinero en circulación en la economía mexicana.


¿Bajará entonces el consumo en México?
Sí, se desacelerará, sobre todo el consumo que usa crédito. Después de la pandemia, el consumo en México se había recuperado. Esto también ocasionado por las tasas de interés bajas que hubo de mediados del 2020 a finales de 2021. 
En la crisis de 2008, las tasas de interés bajaron hasta el 3% en 2014, lo que ayudó a mantener un consumo creciente. Cuando en 2018 llegamos al 8%, hubo un estancamiento del consumo, se puede observar la meseta entre 2018 y 2020. 




En conclusión ¿Por qué no estoy de acuerdo con el alza de las tasas que hizo el Banxico?
El alza frenará el consumo interno que se estaba recuperando. Por lo consiguiente afectará el crecimiento económico. Además no ayudará a la reducción de la inflación porque las principales causas de esta son la pandemia y la guerra en Ucrania. 
Además encarece los créditos al sector productivo, lo que hace más difícil que produzcamos en México los productos que se han encarecido y por ello, baje la inflación. 
Sin embargo, me falta considerar el efecto en el tipo de cambio y la relación con el aumento en las tasas de la FED.

Fuentes: 



lunes, 25 de abril de 2022

La causa

Hace unos días, circuló un video de algunos famosos que denunciaban que el Tren Maya (una obra simbólica del gobierno de Andrés Manuel López Obrador) estaba causando daños ambientales en la península de Yucatán.


El video provocó revuelo en la conversación pública, con opiniones a favor y en contra. Fue tal el impacto, que aunque el presidente de la república había tildado de seudoambientalistas a dichos famosos, terminó por invitarlos a una reunión privada en palacio nacional para discutir el tema.

La reunión estaba programada para el lunes 25 de abril. Pero a raíz de que varios de estos famosos declinaron la invitación públicamente (aunque el colectivo ya la había aceptado), la presidencia canceló la cita.

La causa en la cultura popular

Primer LP de los locos del ritmo.

Eso que llamamos causa lleva revoloteando en la cultura popular durante generaciones. Frases como "eres una causa perdida", "es por una buena causa" o "coopera para la causa" nos han acompañado durante generaciones. En 1959, en el primer disco del rock en Español (grabado, no publicado), los locos del ritmo incluyeron el clásico Yo no soy un rebelde. La primera estrofa de la letra de la canción enuncia:

Yo no soy un rebelde sin causa,

ni tampoco un desenfrenado

yo lo único que quiero es bailar rock & roll

y que me dejen vacilar sin ton ni son

En aquella época, el rock & roll estaba de moda entre los jóvenes. La actitud y el desparpajo con que los rockanroleros se manifestaban, hizo reaccionar a la sociedad más conservadora del momento. Se usaba la famosa frase "rebelde sin causa" para acusar a la juventud de carecer de un propósito en la vida.

Y aunque, "la momiza" creía que era el apocalipsis, la letra de Jesús González era toda una declaración de principios: no somos rebeldes, sólo somos jóvenes y queremos divertirnos. No era una lucha, no había una causa social, ni religiosa, ni política. No buscaban derrocar al sistema, no había una causa, los rockanroleros no eran activistas, ni pretendían serlo.


La causa en el activismo

Cuando Julian Assange y otros activistas fundaron Wikileaks en 2006, la premisa era que cualquiera en el mundo pudiera filtrar información de interés público en el sitio sin ser descubierto. La causa era la verdad. Fue así que en 2010 se produjeron las filtraciones de Afganistán, de Irak y las diplomacias de Estados Unidos. Lo que desató la persecución del gobierno de ese país en contra del activista australiano.


Wikileaks abrió el debate: ¿por qué la información de los organismos públicos no puede ser conocida por sus ciudadanos? El mundo se enfrentaba así a la exposición de la simulación de transparencia en la que habitamos. Funcionarios fueron exhibidos cometiendo crímenes, delitos, utilizando la información pública como herramienta para enriquecerse, etc.

Assange fue detenido en Diciembre de 2010 por un presunto delito de violación. Actualmente se encuentra prisionero en Reino Unido. Desde entonces ha combatido la persecución estadounidense, que ha buscado extraditarlo para juzgarlo por publicar las filtraciones que llegaron a Wikileaks.


El auto averiado en la carretera

El caso Assange nos ilustra que sin causa no hay activismo. El activismo es llevar a cabo acciones concretas que conduzcan a la causa a un estado mejor que el actual. Pero a veces las causas se quedan sin activistas o peor aún, a veces el apoyo a las causas se infla artificialmente.

Acercarnos a las causas fingiendo apoyarlas podría ocasionar un efecto contraproducente. Pongo el ejemplo del auto averiado en la carretera. Si te detienes sólo para quedar bien y no vas a proporcionar un apoyo real, podrías estarle quitando el espacio para aparcarse a alguien que sí puede hacer algo efectivo por las personas en medio del camino.

Con la llegada de las redes sociales, los internautas caemos en la vanidosa tentación de declarar apoyo a ciertas causas, muchas de ellas nobles y justas. Pero cuando la oportunidad de hacer algo real por la causa se nos presenta la abandonamos con frivolidad a pesar de haber declarado nuestro compromiso.

Si vamos a defender una causa, debemos colocarla por encima del ego, los intereses personales, creencias políticas; informarnos al respecto, buscar diálogos con quien sea necesario para llegar a acuerdos que ayuden a la causa. Los famosos del video aparentaron que les importaba la selva. Sin embargo, a la hora de dialogar con el principal impulsor del proyecto que ellos señalan de destruir la selva, pusieron condiciones caprichosas y hasta ridículas. La mayoría de ellos se encuentran claramente desinformados al respecto, otros tomaron actitudes de confrontación y hasta de sorna.

Aplicaron lo que todos alguna vez: fingir que nos interesa una causa. O sea, mentir para quedar bien. Esta epidemia de simulación debe terminar. El país necesita más allá de likes, retweets y videos declarativos, necesita más activismo, más compromiso y más acuerdos para sacar adelante las causas urgentes. Ya estuvo bueno de sólo vacilar y vacilar sin ton ni son.





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